A SORAYA RUBIALES

Hoy te he vuelto a sentir si cabe más cercana a tu gente y estoy seguro que los demás valencianos también han tenido esa apreciación. En un primer momento te he visto acercarte y besar a gente del mercadillo para ese programa que se está preparando, para posteriormente volver a coincidir contigo cuando te dirigías a la fuente de La Playa durante esa grabación. Simplemente nos hemos cruzado unas palabras acerca de la revolución que estabas provocando hoy en el pueblo y ni siquiera recuerdo las palabras con que me respondiste. Es igual, no tienen importancia ni unas ni otras porque solo se trataban de un simple saludo, que pudiste entender frío vista la cercanía con la que otros te saludan, pero no era el momento de robarte el instante de soledad de tu reportaje.

Mi post va en otra dirección, más a la Soraya sensible, no a la Soraya torbellino de los escenarios, ni a aquella que se acercaba con sus “diecipocos” años por las tiendas con micro en mano tratando de sacar una encuesta a los asustados propietarios. La gente que te conoce sabe que es difícil desligar a la Soraya torbellino de la Soraya sensible. Hoy han conocido un poquito más a la otra Soraya, sobretodo esos pequeños del Colegio al que te llevaron casi secuestrada y en el que te tenían una grata sorpresa realizada con un ilusionado empeño. Se que ha habido sensibilidad, recuerdos y lágrimas. Esos pequeños, esos profesores y esas otras personas, tanto ahí como en los demás actos de tu ajetreada agenda, te han visto tan cercana, tan humana, tan agradecida. Han disfrutado y sentido a su Soraya valenciana.

Hoy has vuelto a darte un poquito más a tu pueblo y eso te aseguro que te lo recompensará. El pueblo llano, sencillo, falto de envidias, quiere lo mejor para ti, desea que triunfes cada día un poquito más y a la vez desea sentirse un poquito más orgulloso de ti, de poder relatar gozoso que tiene la suerte de contar con una valenciana que propaga el nombre de su querido pueblo más allá de las fronteras de la comarca.

No, no me he confundido al poner el apellido. He querido con ello hacer un poquito de justicia a ese apellido de tu madre que en muchas ocasiones no aparece en las entrevistas y artículos sobre tu persona. Sabemos que a ella no le importa, pero por un día permitemé que para mi post seas hoy solamente Soraya Rubiales, se que a Paquino también le agradará que hoy aparezcas con tu otro apellido en este personal reconocimiento a tu paso por nuestro pueblo. Ellos siguen siendo esas dos personas sencillas y cercanas de siempre, con el agradecimiento para todos por hablarles de tu éxito. Su orgullo de padres va por dentro y estoy convencidísimo que es muy grande.

Gracias Soraya Rubiales y ... Arnelas por sentir a tu pueblo en tu éxito. Sigue así.