sábado, 19 de enero de 2008

POESÍA DEL MISMO AUTOR

POR CULPA DE UNA MIRÁ

Aunque eres mujé casá,
delante de los imberbes
te encanta pavoneá.

Que te miren por delante,
que te observen por detrás,
que se vuelvan al instante,
eso, te alegra el semblante
y te engorda una jartá.

¡Mujé!
por verte en la ventana
se bebía a borbotones
el café todas las mañanas.

Y su madre le decía
¿porqué tienes tanta priesa?,
no te mueva de la mesa
hasta que se haga de día.
Y no me seas tan cazurro,
que allí en el despensadero
¿cómo vas a ver al burro?
si no hay ni un triste mechero.
Con los cuatro pelillos
en su bigote escarriao,
se puso tan colorao
como el fuego de un infiernillo.
Porque creyó que ella sabía
lo que le estaba pasando,
que de noche no dormía
y cuando llegaba el día
lo cogía en ti pensando.

¡Ay mujé!
No sé lo que tu le hiciste
que desde aquélla mañana
tiene el semblante muy triste.

Anda todo el rato muy serio
y con la mirá perdía,
cavilando noche y día
enfrascado en su misterio.
Y ahora en la sementera
ya no le canta a las mulas
detrás de la vertedera.
Ni espanta a la chirivita
que en lo harto la besana,
va saltando tan galana,
tan graciosa y tan bonita.
Ni silba ya esas canciones
que también sabe hacerlo,
ni escucha a los verderones
ni al tolón de los cencerros.

¡Ay mujé!
ya no me sale al corrá
para mirar a las estrellas
en las noches despejá,
ni se sube ya al doblao
para ver desde la ventana
a la Bulagosa serrana
cubierta por el nublao.
Ni se me sienta en la silla
para escribir su romancero
al rescoldo del brasero
que hay en la mesa camilla.

¡Ay mujé!
De que forma lo miraste
que desde aquélla mañana
sus entretelas cambiaste.

C. Abril C.

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